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Llegada del Tío de la Pita

Fieles a la cita. El Tío de la Pita y su tamboril llegaron poco después de las cinco y media de la tarde a la plaza Paco Pim; lo hicieron en autobús, como siempre. Con ellos llegó el buen tiempo, el sol lucía con fuerza y tras entonar el primer «Serafina» se inició el pasacalles hacia la plaza del Arco. Miles de personas recibieron al popular dúo en una plaza que coreó al unísono el estribillo de las canciones que anuncian que las Fiestas de la Vera Cruz ya están a la vuelta de la esquina. Este singular heraldo, ídolo de la chiquillería fue recibido por familias enteras que esperaban la llegada del dulzainero quien, acompañado de su tamboril, anuncia que la Vera Cruz es la Reina y Señora de estas tierras, que se disponen a vivir unos intensos días de fiesta.

Lunes, 21 de junio 2021, 10:25

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Fieles a la cita. El Tío de la Pita y su tamboril llegaron poco después de las cinco y media de la tarde a la plaza Paco Pim; lo hicieron en autobús, como siempre. Con ellos llegó el buen tiempo, el sol lucía con fuerza y tras entonar el primer «Serafina» se inició el pasacalles hacia la plaza del Arco. Miles de personas recibieron al popular dúo en una plaza que coreó al unísono el estribillo de las canciones que anuncian que las Fiestas de la Vera Cruz ya están a la vuelta de la esquina. Este singular heraldo, ídolo de la chiquillería fue recibido por familias enteras que esperaban la llegada del dulzainero quien, acompañado de su tamboril, anuncia que la Vera Cruz es la Reina y Señora de estas tierras, que se disponen a vivir unos intensos días de fiesta.

JUAN F. ROBLES.
Fieles a la cita. El Tío de la Pita y su tamboril llegaron poco después de las cinco y media de la tarde a la plaza Paco Pim; lo hicieron en autobús, como siempre. Con ellos llegó el buen tiempo, el sol lucía con fuerza y tras entonar el primer «Serafina» se inició el pasacalles hacia la plaza del Arco. Miles de personas recibieron al popular dúo en una plaza que coreó al unísono el estribillo de las canciones que anuncian que las Fiestas de la Vera Cruz ya están a la vuelta de la esquina. Este singular heraldo, ídolo de la chiquillería fue recibido por familias enteras que esperaban la llegada del dulzainero quien, acompañado de su tamboril, anuncia que la Vera Cruz es la Reina y Señora de estas tierras, que se disponen a vivir unos intensos días de fiesta.
Fieles a la cita. El Tío de la Pita y su tamboril llegaron poco después de las cinco y media de la tarde a la plaza Paco Pim; lo hicieron en autobús, como siempre. Con ellos llegó el buen tiempo, el sol lucía con fuerza y tras entonar el primer «Serafina» se inició el pasacalles hacia la plaza del Arco. Miles de personas recibieron al popular dúo en una plaza que coreó al unísono el estribillo de las canciones que anuncian que las Fiestas de la Vera Cruz ya están a la vuelta de la esquina. Este singular heraldo, ídolo de la chiquillería fue recibido por familias enteras que esperaban la llegada del dulzainero quien, acompañado de su tamboril, anuncia que la Vera Cruz es la Reina y Señora de estas tierras, que se disponen a vivir unos intensos días de fiesta.

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JUAN F. ROBLES.
Fieles a la cita. El Tío de la Pita y su tamboril llegaron poco después de las cinco y media de la tarde a la plaza Paco Pim; lo hicieron en autobús, como siempre. Con ellos llegó el buen tiempo, el sol lucía con fuerza y tras entonar el primer «Serafina» se inició el pasacalles hacia la plaza del Arco. Miles de personas recibieron al popular dúo en una plaza que coreó al unísono el estribillo de las canciones que anuncian que las Fiestas de la Vera Cruz ya están a la vuelta de la esquina. Este singular heraldo, ídolo de la chiquillería fue recibido por familias enteras que esperaban la llegada del dulzainero quien, acompañado de su tamboril, anuncia que la Vera Cruz es la Reina y Señora de estas tierras, que se disponen a vivir unos intensos días de fiesta.
Fieles a la cita. El Tío de la Pita y su tamboril llegaron poco después de las cinco y media de la tarde a la plaza Paco Pim; lo hicieron en autobús, como siempre. Con ellos llegó el buen tiempo, el sol lucía con fuerza y tras entonar el primer «Serafina» se inició el pasacalles hacia la plaza del Arco. Miles de personas recibieron al popular dúo en una plaza que coreó al unísono el estribillo de las canciones que anuncian que las Fiestas de la Vera Cruz ya están a la vuelta de la esquina. Este singular heraldo, ídolo de la chiquillería fue recibido por familias enteras que esperaban la llegada del dulzainero quien, acompañado de su tamboril, anuncia que la Vera Cruz es la Reina y Señora de estas tierras, que se disponen a vivir unos intensos días de fiesta.

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JUAN F. ROBLES.
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JUAN F. ROBLES.
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JUAN F. ROBLES.
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JUAN F. ROBLES.
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JUAN F. ROBLES.
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JUAN F. ROBLES.
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JUAN F. ROBLES.
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JUAN F. ROBLES.
Fieles a la cita. El Tío de la Pita y su tamboril llegaron poco después de las cinco y media de la tarde a la plaza Paco Pim; lo hicieron en autobús, como siempre. Con ellos llegó el buen tiempo, el sol lucía con fuerza y tras entonar el primer «Serafina» se inició el pasacalles hacia la plaza del Arco. Miles de personas recibieron al popular dúo en una plaza que coreó al unísono el estribillo de las canciones que anuncian que las Fiestas de la Vera Cruz ya están a la vuelta de la esquina. Este singular heraldo, ídolo de la chiquillería fue recibido por familias enteras que esperaban la llegada del dulzainero quien, acompañado de su tamboril, anuncia que la Vera Cruz es la Reina y Señora de estas tierras, que se disponen a vivir unos intensos días de fiesta.
Fieles a la cita. El Tío de la Pita y su tamboril llegaron poco después de las cinco y media de la tarde a la plaza Paco Pim; lo hicieron en autobús, como siempre. Con ellos llegó el buen tiempo, el sol lucía con fuerza y tras entonar el primer «Serafina» se inició el pasacalles hacia la plaza del Arco. Miles de personas recibieron al popular dúo en una plaza que coreó al unísono el estribillo de las canciones que anuncian que las Fiestas de la Vera Cruz ya están a la vuelta de la esquina. Este singular heraldo, ídolo de la chiquillería fue recibido por familias enteras que esperaban la llegada del dulzainero quien, acompañado de su tamboril, anuncia que la Vera Cruz es la Reina y Señora de estas tierras, que se disponen a vivir unos intensos días de fiesta.

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Fieles a la cita. El Tío de la Pita y su tamboril llegaron poco después de las cinco y media de la tarde a la plaza Paco Pim; lo hicieron en autobús, como siempre. Con ellos llegó el buen tiempo, el sol lucía con fuerza y tras entonar el primer «Serafina» se inició el pasacalles hacia la plaza del Arco. Miles de personas recibieron al popular dúo en una plaza que coreó al unísono el estribillo de las canciones que anuncian que las Fiestas de la Vera Cruz ya están a la vuelta de la esquina. Este singular heraldo, ídolo de la chiquillería fue recibido por familias enteras que esperaban la llegada del dulzainero quien, acompañado de su tamboril, anuncia que la Vera Cruz es la Reina y Señora de estas tierras, que se disponen a vivir unos intensos días de fiesta.

JUAN F. ROBLES.
Fieles a la cita. El Tío de la Pita y su tamboril llegaron poco después de las cinco y media de la tarde a la plaza Paco Pim; lo hicieron en autobús, como siempre. Con ellos llegó el buen tiempo, el sol lucía con fuerza y tras entonar el primer «Serafina» se inició el pasacalles hacia la plaza del Arco. Miles de personas recibieron al popular dúo en una plaza que coreó al unísono el estribillo de las canciones que anuncian que las Fiestas de la Vera Cruz ya están a la vuelta de la esquina. Este singular heraldo, ídolo de la chiquillería fue recibido por familias enteras que esperaban la llegada del dulzainero quien, acompañado de su tamboril, anuncia que la Vera Cruz es la Reina y Señora de estas tierras, que se disponen a vivir unos intensos días de fiesta.
Fieles a la cita. El Tío de la Pita y su tamboril llegaron poco después de las cinco y media de la tarde a la plaza Paco Pim; lo hicieron en autobús, como siempre. Con ellos llegó el buen tiempo, el sol lucía con fuerza y tras entonar el primer «Serafina» se inició el pasacalles hacia la plaza del Arco. Miles de personas recibieron al popular dúo en una plaza que coreó al unísono el estribillo de las canciones que anuncian que las Fiestas de la Vera Cruz ya están a la vuelta de la esquina. Este singular heraldo, ídolo de la chiquillería fue recibido por familias enteras que esperaban la llegada del dulzainero quien, acompañado de su tamboril, anuncia que la Vera Cruz es la Reina y Señora de estas tierras, que se disponen a vivir unos intensos días de fiesta.

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JUAN F. ROBLES.
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JUAN F. ROBLES.
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JUAN F. ROBLES.
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