El documental ‘El viaje de Caín’ se proyecta este sábado en el teatro Thuillier

La actividad dará comienzo a las 20.00 horas y estará acompañada de una charla-coloquio. Las entradas se pueden adquirir de forma anticipada en ‘Electrodomésticos Morenilla’ y antes la proyección en la taquilla del teatro Thuillier, al precio de 3 euros.

El dinero recaudado con la proyección de este documental -que ya se ha estrenado en el Festival de Cine Rural Dos Torres, en los cines Nervión de Sevilla, en la Universidad de Sevilla o en el cine de la Plaza de Toros de Córdoba- va íntegramente destinado a colaborar con los proyectos humanitarios de la Fundación Hospital La Arruzafa.

El autor del documental, Miguel G. García-Revillo, narra en primera persona los momentos vividos durante su participación en esta experiencia, gracias a la cual cientos de personas de los países más podres de África son tratadas por los sanitarios y cooperantes del Hospital ‘La Arruzafa’.

‘El Viaje de Caín’ comienza con los preparativos del profesor de la Universidad de Córdoba y cineasta García-Revillo, que ha de improvisar para hacer un paréntesis en sus tareas cotidianas, pero la crónica del día a día se alterna con material informativo y divulgativo que muestra datos y reflexiones acerca de ese mundo, el calificado como tercero, hacia donde se dirige el personal médico con las mejores intenciones. Con la cámara en el destino, Tanzania, el espectador puede asistir a las consultas e incluso operaciones, a la vez que a descripciones paisajísticas y ambientales del lugar, ilustrados musicalmente por una banda sonora.

El caravaqueño Juan Manuel Laborda, recientemente nombrado pregonero de las fiestas patronales de 2018, ha recibido varios premios por su labor profesional y humanitaria. En 2012, obtuvo un accésit en la categoría de Humanidades y Cooperación, galardón que forma parte de los Premios a la Trayectoria Profesional de la Organización Médica Colegial, con el que se reconoce la trayectoria y el comportamiento de profesionales de la medicina. Tres años más tarde, fue nombrado “Cordobés del año”, en su categoría de valores sociales por su vocación de servicio, su altruismo, generosidad y su trabajo en la formación de equipos quirúrgicos que han trabajado en proyectos humanitarios en Ecuador, Tanzania, Madagascar, Guinea Ecuatorial y El Sahara.