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Diego Jimenez durante una representación. SDC
Para jugar y juzgar
Teatro Thuillier. Viernes, 19 de enero. 20.30 horas

Para jugar y juzgar

Diego Jiménez pone en escena un proyecto psicoteatral y de desarrollo personal que cuenta con la dirección escénica de Fernando Ripoll

JUAN F. ROBLES.

CARAVACA DE LA CRUZ

Sábado, 13 de enero 2018

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El espectáculo ‘¿Quién quiere ju(z)gar conmigo?’, es el título de la actividad motivacional que el formador y coach en comunicación y habilidades sociales, Diego Jiménez pondrá en escena el próximo viernes, 19 de enero, a las ocho y media de la tarde, en el teatro Thuillier. El evento está organizado por ‘Mecenazgo Cultural’, con la colaboración del Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz. El precio de la entrada es de 7 euros y la recaudación se destinará a la asociación de enfermedades raras y otros trastornos graves del desarrollo ‘D´Genes’.

‘¿Quién quiere ju(z)gar conmigo?’, con dirección escénica de Fernando Ripoll, “es una propuesta valiente y original que surge de la necesidad interna de querer comunicar, desde la emoción y en primera persona, la teoría y la práctica de todo lo aprendido después de desaprender primero”, según explica el propio Diego Jiménez.

Desde un formato unipersonal, más cercano a la disciplina teatral que al ámbito académico, se comparten vivencias personales del autor y las pautas que le han ayudado en su proceso de crecimiento personal. Para ello, aportará recursos y conocimientos para romper con las apariencias y las cargas innecesarias que nos imponemos, de manera consciente e inconscientemente.

El guionista y autor de la idea original, que se representa a sí mismo, transita con naturalidad de la reflexión a la emoción o la carcajada. Haciendo de lo particular la generalidad y consiguiendo que el espectador se vea reflejado y se plantee un análisis en las relaciones paterno filiales en ambas direcciones. A través de un ejercicio de comunicación arriesgado y generoso, el protagonista nos conduce por sus experiencias y emociones, haciéndonos comprender las nuestras. En este sentido, Diego Jiménez avanza sobre este proyecto que “se aprende, pero no es una conferencia motivacional más; se representa, pero no es una obra de teatro al uso, sólo hay un protagonista, pero no es un monólogo de adoctrinamiento; te ayuda, pero no es una terapia. Es una experiencia difícil de explicar y fácil de vivir por los que no teman dejarse llevar por las emociones”.

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